jueves, 31 de enero de 2013

Injusticias, problemas... ¿Solución?

A medida que vamos creciendo, vamos madurando. Aprendemos a enfrentarnos a nuestros propios problemas. Los solucionamos o al menos lo intentamos.
De igual forma ocurre con los problemas de nuestra sociedad. ¿Sabes? Recuerdo que durante mi infancia, el mayor problema consistía en no salirme de la raya al pintar o en saberme las tablas de multiplicar. Pero, poco a poco, descubrí que hay problemas mucho más graves que ese. Que el mundo está plagado de injusticias. Que la sociedad de hoy en día ataca al más débil fortaleciendo a quien menos lo necesita. Que lo que más se valora es lo más absurdo y se infravalora  lo que realmente importa.
Todo parece indicar que esto no tiene solución. Pero también recuerdo que cuando me salía de la línea al pintar, lo borraba con la goma y volvía a pintarlo, problema resuelto. Cuando no me sabía las tablas de multiplicar, recuerdo que mi madre me las preguntaba cada mañana, de camino al colegio, y problema resuelto.
Parte de la solución
¿Acaso hay algún problema que no tenga solución? Todo es cuestión de empeño, de fuerza, de esfuerzo, de compañerismo.
Los problemas han cambiado, pero también pueden hacerlo las soluciones.

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