sábado, 7 de septiembre de 2013

Adiós verano 2013.

FacebookSe acabó. Llega septiembre y con él la rutina. Y con la rutina se acaba el verano. Aún no encuentro ninguna palabra que pueda describir este verano. ¿Magnífico? ¿Especial? ¿Único? No sé. Ha sido increíble. De junio a agosto. Pasando por julio, sin duda el mejor mes. He podido sentir la sensación de ser profesora. He conocido a grandes personas. He hecho grandes amistades, por supuesto eternas. He sabido lo que es la distancia. He llorado de felicidad. Felicidad en estado puro. Me han llamado 'profe' y he disfrutado como una niña más. He reído hasta llorar. He llorado hasta no parar de reír. He vivido 15 días en Madrid y me he sentido como en casa. He estado de aquí para allá y solo quería no regresar. Tengo una hermana, una nueva hermana que nunca dejará de serlo. He cumplido mis 18. Mi mayoría de edad. Y los he celebrado con ellos, con él. Con los madrileños. He sufrido como nunca y he querido más que siempre. He llorado tras cada despedida y he sentido cosquilleos en la tripa en cada reencuentro. He sabido lo que es la responsabilidad sobre un colegio y, sinceramente, lo dejo para otros. He sentido su respiración junto a la mía y he comprobado que ahí es donde yo quiero estar. He hecho todo lo que he querido y cuando he querido. Con las personas que han querido hacerlo conmigo. Y las locuras también. Ha sido un verano inmejorable. Me he convertido en 'hembra que se respeta' gracias a los 'machos que se respetan'. He descubierto que la amistad supera la distancia. He vivido experiencias únicas que espero volver a vivir. He discutido como nunca y perdonado como siempre. He tenido que pedir perdón y llorar mientras lo hacía. Me han perdonado hasta lo imperdonable. Y, a pesar de todo, he sido feliz. Más feliz que nunca. Sí. Me he encariñado demasiado con gente que está exactamente a 316 km. Pero, ¿y qué? Es imposible no encariñarse con ellos.. Han sido mi familia durante 15 días. Y ojalá lo hubieran sido por más tiempo. ¿Un momento del verano? Hay tantos. Difícil elección. Pero seguramente la sorpresa del día tres de agosto es una buena prueba de lo que significan para mi. Y de lo que yo significo para ellos. Gracias por hacerme ver que la felicidad existe. La felicidad sois vosotros. Sin duda, el mejor verano. El mejor cumpleaños. Las mejores fiestas de Vitoria. Y las mejores personas madrileñas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario